Marketing consciente para el agro peruano: hacia un desarrollo más justo y sostenible

CÁMARA DE MARKETING

Xiomara Mejia Vilchez

4/10/20253 min read

En la actualidad, el marketing se ha convertido en una herramienta clave para el éxito de cualquier negocio, sin importar su tamaño o rubro. Sin embargo, más allá de la función que las empresas creen, ha comenzado a valorarse un enfoque distinto: el marketing consciente. Este no solo busca promocionar productos o servicios, sino que considera el impacto económico, social y ambiental de sus acciones. En este contexto, el sector agroindustrial peruano, uno de los pilares de la economía nacional, no puede quedar al margen. Resulta fundamental empoderar al agricultor y democratizar el acceso a oportunidades.

Desde la proclamación de la Segunda Reforma Agraria en 2021, el Perú no ha experimentado un proceso de transformación real en el que los agricultores tengan una participación directa y protagónica en la toma de decisiones. El desarrollo del agro ha estado tradicionalmente guiado por las dinámicas de la industria comercial, y no necesariamente por el empoderamiento del agricultor. Esta desconexión ha generado brechas profundas entre el crecimiento del sector y las condiciones de vida de quienes lo sostienen.

El rol estratégico del agro en la economía se evidencia con datos. Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI, 2025)1, “Entre enero y noviembre de 2024, el sector agropecuario creció un 4,5%, impulsado principalmente por el subsector agrícola, que registró un crecimiento del 6,4%”. A partir de estas cifras, cabría esperar una mejora proporcional en las condiciones de vida de sus trabajadores. Sin embargo, este crecimiento no ha beneficiado de manera equitativa a todos los actores del sector. La inversión en infraestructura o maquinaria, si bien es importante, resulta insuficiente. Es fundamental también fortalecer el capital humano y tecnológico, especialmente en las zonas rurales, donde muchos agricultores aún carecen de acceso a recursos básicos y a una formación adecuada que les permita aprovechar las oportunidades del desarrollo.

La digitalización del agro debe entenderse más allá de la incorporación de equipos automatizados. Implica, sobre todo, capacitar y empoderar al agricultor para que haga uso de herramientas digitales en su beneficio. En la práctica, muchos de ellos siguen sin acceder a una remuneración justa ni a las oportunidades tecnológicas que podrían mejorar sus condiciones de vida. Como expresó el economista Eduardo Zegarra en una entrevista reciente: “Los agricultores se encuentran desamparados, no tienen un ministerio accesible, que los coloque en la agenda pública para su desarrollo”2 (Agencia Agraria de Noticias, 2023).

Pese a la existencia de herramientas tecnológicas accesibles, como aplicaciones móviles, plataformas de comercio agrícola o redes sociales, su implementación en el agro peruano no ha sido inclusiva. Iniciativas como AGROS3, que buscan empoderar digitalmente a los productores rurales, son valiosas, pero aún insuficientes frente a la magnitud del desafío.

Es precisamente aquí donde el marketing consciente puede jugar un papel transformador. Ya no se trata solo de vender productos agrícolas, sino de generar valor. Esto significa visibilizar al agricultor, conectarlo directamente al productor con el consumidor y disminuir intermediarios que muchas veces reducen de forma no justa sus ganancias. A través del marketing digital, los agricultores pueden posicionar sus productos como sostenibles u orgánicos y así acceder a mercados que valoran ese tipo de venta, dispuestos incluso a pagar más por ella.

Asimismo, el marketing puede contribuir al desarrollo de marcas rurales que dignifiquen el trabajo campesino, fortalezcan la identidad cultural y logren crear una conexión emocional con los consumidores.

Actualmente, recursos como WhatsApp Business4, redes sociales, marketplaces agrícolas o plataformas de e-commerce rural, permiten que los agricultores gestionen catálogos, agenden pedidos y compartan su verdadera historia. Estas herramientas, integradas en una estrategia de marketing digital, pueden cambiar significativamente el rumbo del agro en el Perú.

El agro peruano posee un enorme potencial de crecimiento y sostenibilidad. No obstante, su desarrollo debe ser más que una acción comercial sino también humanitaria. La tecnología no puede seguir siendo un privilegio; debe convertirse en una herramienta democratizadora, accesible desde cualquier rincón del país. En ese camino, el marketing consciente se posiciona como un aliado estratégico para construir un sector agroindustrial más justo, competitivo y humano. No se trata solo de vender, sino de transformar vidas.